jueves, 1 de marzo de 2012

La noche

Fotografía: Wikimedia Commons



Urano trata de reunir las estrellas en la esfera del firmamento. El Sol arreaba a unos caballos hasta alcanzar su resplandor postrero, arrastrando tras de sí la clara luz de las estrellas vespertinas. La Noche, con sus negros ropajes, conducía furiosamente los caballos de su carruaje, sujetos sin ningún correaje, sólo por el yugo, y las estrellas seguían a la diosa. La Pléyade seguía su recorrido por medio del firmamento, también Orión, armado de su espada, y, más arriba, la Osa volvía su cola áurea sobre su eje. La orbita completa de la luna, que divide en dos al mes, desde lo alto hería con sus rayos; también las Híades, la más clara señal para los navegantes. La Aurora, portadora de la luz, alejaba las estrellas.

Eurípides, Ión. Juan Miguel Labiano (trad). AE, 2010.

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