lunes, 22 de marzo de 2010

Están locos estos romanos


Vuelvo a Madrid, y la gran ciudad me acoge de regreso como si todo hubiese sido una imaginación, una simple fantasía. Nada parece real. Los malabaristas han tomado la ciudad, y en cada avenida, en cada semáforo en rojo un monociclo, un hombre, entretiene a los paseantes haciendo malabares y con unas mazas o unas pelotas al aire. La gente camina pausada. Pasea sin prisa. Y más que un mediodía de domingo todo parece un juego irreal dónde la gran ciudad se ha relajado, quizás a juego con la mañana vivida.

Cien kilómetros atrás y muchas emociones después queda la ciudad monumental de Segovia, todavía envuelta en los aplausos y en los gritos y música que la han invadido toda la mañana.

¿La carrera perfecta? Quizás si. Una de las mejores metas posibles, bajo el acueducto. Un recorrido precioso, pasando por cada sitio de interés de la ciudad y recorriendo cada esquina con encanto. Y sobre todo una organización y un ambiente simplemente espectacular.

Toda la historia parece colocada al revés. Confusa e irreal. Nos situamos en el año 2010 después de C., toda la Península está ocupada por carreras populares frías, ¿toda?, ¡no!. Una aldea poblada por irreductibles romanos resiste todavía y siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de legionarios amantes de las simples carreras reducidos en los campamentos próximos a la aldea de los famosos romanos.

Allí todo es distinto. El recorrido te lleva por los sitios más bellos de una de las ciudades más bellas. Los habitantes lo celebran como un día grande y te hacen sentir como un ciclista subiendo el Tourmalet. La música invade todo el recorrido. Y mientras corres sientes que si alguna vez se le da importancia a los detalles más que aquí es imposible.

Corremos. Intentamos volar. Al tiempo que pretendemos entrar en el club de los imposibles. La mejor carrera para abrazarnos según corremos. Dónde desafiamos gravedad y cuestas, y ascendemos como si se tratara de una etapa ciclista entre cientos de aficionados que aplauden y gritan. Corremos. Corremos. Entre la música de charangas, entre los gritos de una ciudad que se vuelca con la carrera y que como una parte más anima sin desfallecer. Corremos. Hasta pensar que más deprisa no podemos ir. Y buscamos el acueducto con la mirada. Hasta llegar a la línea de meta.

Los últimos 300 metros. Y ya no hay tiempo para más. La emoción de ver la llegada hasta arriba de gente. Sentir la música y la emoción de una de las metas más bellas. Cruzamos el acueducto. Ya estamos en una hora y treinta. Ha sido una carrera muy emotiva. Sin duda una de las más bellas. De las más duras, si, también. Pero creo que será difícil volver a encontrar una tan bella. Segovia bien vale un esfuerzo. Y cuando sea mayor y corra carreras populares, algún día querré correr allí.

Vuelvo a casa. Apago el motor del coche y deja de sonar rock and roll. Los malabaristas se han apoderado de la ciudad y las reglas han cambiado. Todo sigue siendo irreal aunque parece que nada ha cambiado. Pero dentro de mi se que ahora todo comienza a ser distinto. Que las emociones lo han invadido todo esta semana. Una de las más felices. Y que como guinda he disfrutado muchísimo de una de las carreras más bonitas que se pueden correr.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué crónica más bonita!
Envidio esa capacidad para describir la misma emoción que yo sentí ayer.
Es como un viaje a Itaca: lleno de esfuerzo, con esas subidas largas, kilométricas y esas bajadas de adoquín que te machacan los gemelos.
... Y sin embargo todo merece la pena: la belleza de la ciudad, los ánimos de la gente -qué subida la de la Calle Real: hasta el corredor más modesto se lleva los mismos ánimos que el ganador de una etapa de montaña del Tour-, el trato de la organización, que se desvive por hacerte sentir a gusto.
Quien solo se preocupe de la marca, que no venga a esta carrera. Pero si busca algo más, que no lo dude: esta es su cita. Más que una carrera esta es una ceremonia, la ceremonia del homenaje al atletismo popular.
El año que viene nos vemos.
Luis

Carlos dijo...

No se puede decir mejor Miguel...

Miguel dijo...

Muchas gracias LUIS. Lo cierto es que es una carrera para disfrutar a tope, porque menudo ambiente!!! Muchas gracias por tu visita, ya sabes dónde estamos. Un saludo y encantados de conocerte.

CARLOS, de nuevo felicidades por tu regreso a las carreras!!! ahora poco a poco y enseguida estarás recuperado para todos esos retos!! Nos seguimos leyendo. Un saludo.

Javi dijo...

No me extraña que sea una de las semanas mas felices, es para eso y mucho mas. Enhorabuena una vez mas amigo.

Con respecto a la carrera, desde luego que es una de las mas bonitas que hemos corrido. Sintiendo el calor de la gente desde la llegada a la ciudad, desde el principio se respiraba una aire especial a cerca de la carrera. Que manera de animar, que manera de hacer correr mas rapido a los corredores.

Y ademas nosotros hicimos nuestra mejor marca. Estamos mas fuertes que nunca.

Miguel, a 1 mes del segundo gran objetivo. Un ultimo esfuerzo y lo volveremos a lograr. Juntos

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