viernes, 5 de febrero de 2010

Cuestión de escaladores


Perfil Maratón Madrid
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¿A dónde nos lleva la carretera cuando apunta hacia arriba? ¿Por qué subir hasta lo alto de una cuesta si luego habrá que bajarla? ¿Por qué sentimos así? ¿Por qué cuando la carrera se pone cuesta arriba tendemos a alargar la zancada, apretar los dientes y subir un poco más deprisa?

Tenemos un punto raro. Algo que incluso se me escapa. Y realmente no se que es lo que nos lleva a disfrutar más cuando la carrera se pone complicada.

Un ejemplo. Nos encanta la media maratón de Ávila. Esa, que después de 20 kilómetros con largas subidas te recibe con un kilómetro final de adoquín bestial.

Y nos ocurre siempre. Corremos codo con codo, y en cuanto la carretera mira hacia arriba ahí estamos los dos intentando subir ritmo como si lucháramos por el maillot de lunares de premio de la montaña. En Atenas, la cabeza tenía que hacer de freno. Comenzaba la cuesta y ya estaba Javi apretando un poquito más. Mis piernas también querían guerra. Al menos la cabeza también estaba ahí y nos recordaba que nos dejáramos de heroicidades, que ese día no era esa la batalla.

Quizás tenga que ver con el perfil de nuestra Ávila. Quizás sólo con algo que no está bien dentro de nuestras cabezas. Javi se vuelve loco en Ávila por el puerto del Boquerón. Yo en Madrid siempre busco las mayores cuestas y me encanta perderme en el cerro de Garabitas o subiendo a tope desde el puente de los franceses hasta Chamberí durante casi cuatro kilómetros, en unos entrenamientos que me recuerdan a cuando era más joven y corriendo en Ávila intentaba meter todas las cuestas posibles en una hora.

Elegimos Atenas como nuestra primera maratón. No podía ser otra. En ninguna otra encontraríamos ese valor histórico y ese sentido que queríamos dar a la aventura. Poco importaba el perfil y que el hecho de ser una maratón bastante dura hace que sea una carrera que no llegue a cuajar internacionalmente como se merece. No le tuvimos miedo. Dejamos atrás Maratón, subimos el monte Penteli y escalamos hasta la ciudad eterna. Descubrimos nuestros sueños, que más que en el Olimpo siempre han estado en nuestro corazón.

El perfil en teoría era bastante duro, aunque ese día disfrutáramos tanto que apenas nos percatáramos. Eso si, los últimos siete kilómetros tendían hacia abajo, y eso era un punto muy bueno.

Ahora, nos espera otra maratón, y la historia vuelve a repetirse. O peor. De nuevo una carrera con la fama de ser de las maratones más duras. Los toboganes de Madrid esperan, y sobre todo los últimos diez kilómetros desde la Casa de Campo que dicen que te destrozan. Para celebrar el paso por el muro bien está comenzar las largas subidas que nos llevarán hasta el Retiro.

No tememos a las alturas. Estamos acostumbrados a vivir cuesta arriba. El 25 de abril comprobaremos de que pasta estamos hechos, y si toca sufrir, sufriremos. No tenemos miedo. Ya velamos armas, y esperamos soñando con esos diez kilómetros finales. Mientras tanto, seguiremos corriendo hacia lo alto del puerto, hasta lo más alto del cerro. Y como aperitivo vendrán las medias de La Latina y la de Segovia, conocidas por su dureza y sus cuestas. Seguiremos preparándonos para el momento final. La gran ciudad nos espera, y escalaremos hasta ella.

Mientras subiremos cada cuesta como sabemos. Apretando los dientes. Subiendo el ritmo. Soñando que si ese es nuestro terreno, probablemente las montañas nos estén esperando. Ese será otro capítulo. Mientras continuaremos escalando, como desde pequeños nos enseñó el frío y la piedra de nuestra Avila.

P.D. Lo reconozco. El miércoles pequé. Mis piernas, saliéndose del guión, me llevaron a subir y bajar cuestas con forma de series. Lo reconozco. Disfruté como un enano.

3 comentarios:

Javi dijo...

Como que pecaste?? de eso nada, hay que entrenar duro y variar un poco que siempre viene bien. Yo reconzco que tambien tengo ganas de hacer unas series y mas cuestas, pero tiempo al tiempo.

Y como el mapoma va a ser duro, todo entrenamiento que hagamos nos vendrá bien.

Estoy seguro que disfrutaremos de nuevo en la carrera, que sabremos sufrir, que sabremos animarnos y que intentaremos poner el freno para esos momentos que al sentirnos fuertes queremos acelerar.

Mientras seguiremos entrenando cuestas, rodaremos largas distancias, haremos alguna serie y cuando podamos volveremos a entrenar juntos para disfrutar el uno y el otro de la compañia y de los buenos momentos.

Pasarlo bien en las tierras inglesas!!

Risco dijo...

Mucha suerte en Mapoma.
Allí espero tener la oportunidad de saludarte.

Un abrazo

Miguel dijo...

gracias JAVI! los rodajes de este fin de semana van a pasar por unas largas series de pintas, y en lugar de zapatillas y mallas nos pondremos el traje de turista y paseante ocioso. Estoy encantado de la vida por poder compartir tantas y tantas cosas con vos.

RISCO, muchísimas gracias por tu visita. Estamos encantados de conocerte, aunque sea de forma virtual. Ya habrá ocasión de coincidir en alguna carrera, o quizás en alguna quedada. Mucha suerte para ti también. Encantado. Un abrazo.

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