- ¿De dónde viene tu pasión por desaparecer? (…)
(…) ¿Y yo a quién me parezco? Pues seguramente tengo algo de equilibrista que, en una alameda del fin del mundo, está paseando por la línea del abismo. Y creo que me muevo como un explorador que avanza en el vacío. (…)
Poco a poco la gran ciudad se abre, y según se suceden los kilómetros, los edificios quedan atrás y el horizonte se convierte en un camino a través de los bosques de la casa de campo, y el único trazado marcado se asemeja a una línea azul sobre el asfalto.
No lo olvides. No puedes esconderte. Hace mucho tiempo (más del que puedes recordar) que llegaste a estas tierras, y ahora, en este preciso momento solo queda el sonido de tus zapatillas sobre el asfalto y el paso de los kilómetros.
Dos años después, el acueducto, en el horizonte, nos sigue esperando. Tanto correr para regresar al mismo sitio, pero ahora como punto de partida.