viernes, 30 de julio de 2010

El viejo corsario


El piano de Bill Evans viste la casa durante la hora de la siesta, mientras el ventilador da vueltas y la trompeta de Miles acuna la habitación. La gran ciudad ya es prácticamente un desierto. El verano se ha llevado las rutinas, ha comenzado a cerrar las tiendas y los bares del barrio, y ante tal panorama los habitantes huyen deseando encontrar otros desiertos, otros arenales.

Vamos a cruzar el desierto. Durante el camino de cada mañana hasta el trabajo, durante el regreso. Durante la huida del fin de semana. Atrapados por el calor y por el escenario. Abre los ojos. Abre los ojos. Al menos hasta que lleguen las vacaciones dentro de quince días.

Llega agosto, y decididamente vanos a comenzar a soñar con montañas. No se si llegaremos hasta la luna, pero si hasta lo más alto que podamos. Buena semana para dejar el descanso. Al final el cuerpo y la cabeza lo exigieron y cogí tres semanas sin zapatillas. Costó, pero había que dejar ir al buen estado de forma. Mejor así, el año que comenzó en julio del verano pasado ha sido muy exigente, y aún queremos apurar un poco más el tiempo antes de la llegada de Candela con algún objetivo motivante para el comienzo del otoño.

Los entendidos hablan de macro-ciclos, de mini-ciclos… El macro está cerrado hasta que para finales de 2011 busquemos un gran objetivo. Entre medias abriremos muchos minis. Los que podamos, que no sólo es correr.

Las vacaciones siguen vaciando la ciudad, y todo parece caer en esa relajación y falta de actividad propia de los días más calurosos del verano. Buena semana para retomar las carreras. Buena semana para recordar que más allá del desierto están las montañas esperando y que en un par de meses estaremos montando nuestro propio campamento base. Buena semana para recordar todo lo que nos gusta correr por correr.

lunes, 19 de julio de 2010

El curioso caso del hombre blanco que demostró que se podía correr más rápido


Asafa Powell, Cristophe Lemaitre y Usain Bolt, el viernes en Saint Dennis.

Ahora que el calor vacía las ciudades y arrastra a sus habitantes a playas y lugares de descanso mientras futbolistas, políticos y otros ocupantes de primeras páginas se van de vacaciones, algunos deportes minoritarios aprovechan la época estival para asaltar las portadas deportivas, mientras que las noches corren a cuenta de música y grandes festivales veraniegos.

Como cada mes de julio, la hora de la siesta suena a tour de Francia, y estos días podemos disfrutar de ese duelo de pistoleros entre Schleck y Contador. Y además, este año sin olimpiadas ni mundiales de atletismo, según avanza el calor se acerca una de las grandes citas del verano, los Europeos de Atletismo que se celebran en Barcelona desde el lunes 26 de julio con el mítico estadio olímpico de Montjuic a la espera.

Y es que estos días, el mundo del atletismo anda revolucionado. Por primera vez en la historia un hombre blanco ha conseguido bajar de 10 segundos en los 100 metros.

Christophe Lemaitre, francés de nacimiento y blanquito como la leche no sabe los que es criarse a ritmo reggae en las playas de Jamaica ni sentir la presión desde universitario de la importancia de triunfar en unos trails americanos. Ni siquiera, al mirarse en el espejo encontrará un cuerpo negro de desarrollado tren superior que le recuerde su profesión de velocista. Lemaitre es todo lo contrario. Un europeo blanco, alto (1´89) y espigado, tímido, de aspecto mucho más frágil. Pero un blanco que ha conseguido toda una hazaña, bajar de 10 segundos los 100 metros y correr en 9´98s el pasado 9 de julio durante los campeonatos nacionales franceses. Y dicen que aún así lo suyo son los 200 metros, dónde ya acredita 20,16s.

La gesta no es pequeña. Hasta ahora 72 personas han bajado de la barrera de los 10 segundos. 71 de ellos negros. Todos, hasta la aparición de Lemaitre. Lo que sin necesidad de muchos conocimientos de genética se puede traducir rápidamente como una hazaña histórica.

En las fotos, como en la de arriba de la carrera este viernes en Saint Dennis, dónde sólo pudo ser quinto, Lemaitre aún parece insignificante junto a Bolt o Powell, pero ya se ha ganado el derecho a estar ahí, y diversos estudios tratan de explicar la barrera que acaba de romper.

Leía el otro día al entrenador de Tyson Gay decir que “Bolt dio 41 zancadas para correr los 100 metros en 9,58 segundos, a 4,2 zancadas por segundo, mientras que Gay, que tiene las piernas más cortas, necesitó 44 zancadas para correr en 9,69 segundos, 4,5 por segundo. Visto esto, ¿quién es más rápido?”. En otro orden, esta mañana leía que el francés cubre 2,43m por paso, lo que supone 1,28 veces su estatura. Esta proporción supera las de Bolt (1,23), Powell (1,21) y Gay (1,24). Además, el francés tiene mucho margen de mejora, comenzando por la velocidad de salida y el hecho de que tiene sólo 20 años.

En los europeos de Barcelona tendrá en Dwain Chambers, británico y negro, su principal rival. Eso puede ser asequible. Codearse son los Bolt, Powell y Gay ya es otra cosa, pues ellos corren en otro planeta. Pero la hazaña está ahí, y será interesante seguir la evolución de este joven francés.

Además, este fin de semana se han celebrado en Avilés los Campeonatos de España de Atletismo al aire libre, dónde hemos podido ver a los que formarán parte de nuestra selección en los próximos europeos.

Impresionante la prueba de 5.000 metros masculinos. Jesús España (campeón europeo) se impuso a Alemayehu Bezabeh (campeón europeo de cross y plusmarquista español por debajo de 13 minutos) y a Sergio Sánchez (subcampeón mundial indoor), demostrando el potentísimo equipo español para esta prueba. También dignos de mención los 1.500 masculinos, con atletas fuera del podium del nivel de Higuero, Diego Ruiz, Alvaro Fernández y Alvaro Rodríguez. Por encima de todos ellos un gran Manuel Olmedo, campeón de España tras pasarse de los 800 a los 1.500, seguido de Arturo Casado y el incombustible Reyes Estévez. Los tres presumiblemente formarán el equipo español para una de nuestras pruebas reinas y aspiran a todo.

En Avilés también hemos visto proclamarse campeones de España al resto de líderes de nuestra selección: Natalia Rodríguez en 1.500 femenino, Mayte Martínez ganando por primera vez en 400 metros, Ruth Beitia ganadora en altura atreviéndose a intentar el record de España. Beatriz Pascual mejor marca española en 10.000 metros marcha. Gran nivel en los 10.000 marcha masculinos con el jovencísimo Miguel Ángel López, ganador por delante de José Ignacio Díaz y Juan Manuel Molina. José Luis Blanco campeón de 3.000 obstáculos, Mario Pestano en disco, Javier Cienfuegos en lanzamiento de martillo y Kevin López en 800 metros fueron otros de los destacados.

A todos ellos se les unirá la gran Marta Domínguez. El equipo de 10.000 masculino con Ayed Landassen y Javier Castillejo, y el equipo de nuestro querido maratón con corredores tan carismáticos como Chema Martínez (octavo en el mundial del año pasado), José Ríos (2h07:42), Rafael Iglesias (2h10:44), Ignacio Cáceres (2h12:40), Pablo Villalobos (2h13:13) y Javier Díaz (2h13:37).

El miércoles la lista definitiva de una selección que esperemos nos de muchos éxitos. Mientras, un velocista blanco digno de estudio y una apasionante semana de Pirineos en el Tour.

miércoles, 14 de julio de 2010

La mirada no envejece


Charly Gaul, Col du Vasson, 1955


Marco Pantani, Col du Galibier, 1998
Camino de su primer jersey amarillo


Charly Gaul con Federico Martín Bahamontes, Tour de France 1959

Andy Schleck con Alberto Contador, Col de la Madeleine, 2010



La mirada no envejece. Charly Gaul saltaba sobre su bicicleta, volaba hasta lo alto de las montañas como el que camina sobre el vacío sin red, sin miedo. Como Pantani más de cuarenta años después. Finales de los años cincuenta. Los dos mejores escaladores de la época se asociaban, se la jugaban mano a mano. Un castellano y un luxemburgués. 1959 ó 2010. La historia se repite. Sin miedo a los kilómetros que quedan por venir, sin esperar a las últimas rampas. Como antes. El tiempo es cíclico. Y en ocasiones el tour nos regala una etapa de otro tiempo. La mirada no envejece.



Compañías para una tarde de verano:

El prado de las estrellas – Mario Camus, 2007

El ciclista, Tim Krabbe (Los Libros del Lince, 2010)

Cumbres de Leyenda, Carlos Arribas y Segi López-Egea (RBA Editores, 2005
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miércoles, 7 de julio de 2010

Big Bang


ESA - Primera fotografía de todo el Universo (Telecopio Planck)


Big-Bang: El resplador desvanecido del origen de los mundos
Georges Lameitre

Estos calurosos días del mes de julio, Planck, el potente telescopio de la Agencia Europea del Espacio, manda las primeras fotografías completas del espacio, y con ellas, físicos y astrónomos se empeñan en explicarnos la teoría del big-bang, la explosión que pudo originar todo y que en forma de radicación aún ocupa todo el universo junto al mismo espacio que creó y que hoy nos alberga.

Dicen que las estrellas nacen y mueren. Que en una masa de polvo y gas habitan las grandes nebulosas, y que entre ellas se aprecia la radiación de la gran explosión que dio lugar al principio. Razonamientos tan profundos se me escapan, me vienen grandes, e incluso como les ocurría al Mochuelo y al Moñigo de Delibes me llenan de una especie de miedo cósmico. “También a mi me dan miedo las estrellas y todas esas cosas que no se abarcan o no se acaban nunca". Pero me fascinan. Para mí el universo exterior es eso tan grande dónde nuestro pequeño planeta flota dentro de su órbita rodeado de estrellas y planetas, es eso que siempre me ha resultado tan sugerente, tan evocador, tan inabarcable. Es eso que en las noches de verano, en los prados de mi pueblo se ve mejor que con cualquier telescopio.

¿Dónde comienza el universo y dónde termina? Vaya usted a saber. Bastante tenemos, si no sabemos siquiera dónde están las fronteras de nuestro propio y pequeño planeta.
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Seguramente escriba todo este sin sentido sólo para disimular los nervios por el partido de esta noche. Semifinales de la Copa del Mundo. ¿Recuerdas que desde Querétaro soñabas con algo así? Seguramente escriba todo esto porque lo único que quiero decir es que a largo plazo se que los límites de nuestro pequeño planeta estarán en una noche en vela entre montañas corriendo 110 kilómetros tras los pasos de los valientes que este fin de semana han comenzado la aventura.

jueves, 1 de julio de 2010

Velocidad


Tyson Gay - Campeón del Mundo 100 y 200 m lisos (Osaka 2007)


Estas mañanas, a caballo entre Junio y Julio, están raras. El calor comienza a notarse, y las dichosas huelgas de metro han llenado las calles de Madrid de atascos, autobuses abarrotados y peatones que invaden las aceras camino del trabajo.

Además de muchos más caminantes, estas mañanas he visto muchas más bicicletas de lo habitual. Quizás no fuese mal momento para plantearse un modelo de ciudad más sostenible. Pero bueno, la idea que tengo de bici-medio de transporte es esta ciudad parece más una utopía que una posibilidad.

Yo, por suerte, cada mañana camino hasta el trabajo. Veinte minutos de paseo que me dan para caminar, no pensar, pensar, escuchar música o leer el periódico, dependiendo como se tercie la mañana.

Pues bien, en esas venía hoy ojeando el periódico cuando me encuentro en la contraportada con una entrevista a Tyson Gay, campeón del mundo de 100 y 200 metros en 2007. "De hecho, creo que mi cuerpo es más débil que mi alma: mi motor genera una velocidad que mis músculos no soportan. Corro más rápido de lo que mi cuerpo admite", señala el velocista, quién se muestra obsesionado por el record del mundo, por conseguir una gran marca por encima de ganar campeonatos y grandes carreras.

Me quedo pensando, mientra camino, en la velocidad. En las marcas. Me encantan esos días en los que uno – aprendiz de corredor popular – sale a correr a tope, o a sentir el viento en la cara en unas series cortas y explosivas. Pero por encima de esa descarga de adrenalina debo de reconocer que lo que más me gusta es la larga distancia. Elegir un extenso recorrido, salir a un rodaje largo y disfrutar simplemente del paso de los kilómetros sintiéndome corredor de fondo y olvidándome (en parte) del reloj que marca cada minuto, cada segundo.

De hecho, las dos veces que más recuerdo haber disfrutado corriendo son las dos maratones que hemos corrido. En Atenas, el desafío de estar corriendo más de cuarenta y dos kilómetros lo era todo. La satisfacción de seguir kilómetro tras kilómetro, sin pensar más allá, me llenó del todo. E igual sensación tuve en MAPOMA. Fluir a través de los kilómetros. Recorrer el asfalto en una batalla contra la distancia por encima del reloj. Y ese fluir es el que me hace realmente feliz.

Las carreras de 10.000 se me quedan demasiado cortas. E igual me ocurre con las medias. Si, las disfruto. Pero no de la misma manera.

Por supuesto todos somos competitivos y en la cabeza siempre está buscar “buenas” marcas. Correr los 10.000 por debajo de 40 minutos. La media por debajo de 1h28. Acercarnos a las 3h en Maratón. Todos creo que son objetivos dentro de nuestras posibilidades ahora mismo. Pero al contrario que Tyson Gay, esos pequeños “records” personales no me atraen tanto, no me dan la suficiente motivación.

Me siento más maratoniano. Simplemente. Más amante de la larga distancia que el menor tiempo. Me siento más cerca de correr más lejos en lugar de más rápido. Pero para todo habrá tiempo, y en un futuro espero que los años nos llevarán cada vez más lejos. Ahora no es mal momento para seguir disfrutando de nuestras distancias e intentar ir más rápido. Aunque yo, lo quiero, es realmente llegar más lejos.