lunes, 26 de abril de 2010

Nieve en el desierto

Paseo de Coches del Parque del Retiro, 25 de Abril de 2010


Te encuentres donde te encuentres, cerca o lejos, si puedes leer esto que ahora escribo, por favor, recuerda, recuérdame, recuérdanos así.

Rodrigo Fresán – El Fondo del Cielo –


Por un instante embarcamos en un nuestro barco de cristal y nos fuimos a atravesar el desierto. Decidimos acercarnos al reposo del fuego y conseguimos salir indemnes. Aunque debemos reconocer que durante la larga travesía Maratón exigió mucho de nosotros, quizás demasiado. Pero luego nos lo devolvió en forma de alegría durante 195 metros y la gloria de sentirnos ganadores.

Lejos quedaban las frías mañanas de invierno, los nevados atardeceres del mes de Enero y las lluvias que se empeñaban en no abandonarnos. Maratón nos ha exigido demasiado en esta ocasión. Mucho en forma de entrenamientos más allá de la cordura. Mucho en forma de una semana final horrible de ansiedad y miedos que ayer durante la carrera costaba olvidar. Mucho, sobre todo, en forma de carrera por el desierto desafiando calor y gravedad muy cerca del límite. Nos ha exigido tanto que parecía empeñado en robarnos el mes de Abril. Lejos quedaban todos los esfuerzos. Pero Nadie podrá con nosotros. Aunque estuvieron muy cerca ayer.

Maratón puede cambiarte. O al menos puede llevarte a atravesar una experiencia no menos que mística y hacer encontrar en ti lugares que incluso no sospechabas que existieran. Ayer fue un día de esos.

Ayer, el día y la carrera convirtieron todo el trazado en un reguero a través del desierto, mucho más cerca del infierno que del cielo, y la maratón se hizo dura. Muy dura. Tanto que todo a nuestro alrededor desapareció. La gente que animaba eran formas sin rostro. La música parecía venir de otro sitio. Y delante nuestro sólo se mostraba el cálido asfalto y los kilómetros que quedaban hasta la meta. Todo desapareció. Hasta el punto de no reconocer los lugares por los que atravesábamos. Hasta el punto de sólo sentir mi respiración, las ganas por llegar y el dolor de las piernas dispuestas a detenerse en cualquier momento. Hasta el punto de no ver más que a Javi a mi lado. De no sentir más que su presencia. Que grande eres, amigo. Nunca tendré palabras suficientes para describir todo lo vivido a tu lado.

Y en esas el mundo debió seguir girando. En nuestro planeta giraban los kilómetros. Los 20 primeros sin dejar de gritar y aplaudir. Luego el retiro espiritual a la Casa de Campo y la soledad encontrada que tanto necesitaba en esos momentos. Luego los diez últimos dónde ya sólo había cabeza, dónde supimos sufrir y aferrarnos a nuestro instinto.

Luego el Retiro. Aunque justo a la puerta tuviera que tumbarme para que me estiraran un poco y conseguir llegar a la meta, a esos 195 metros que tanto nos acercan al cielo. Esos 195 metros dónde nos esperan las chicas, dónde podemos ya besarnos y abrazarnos, dónde tanto hemos soñado estar y dónde por fin podemos disfrutar ya sin reparos ni condiciones.

La carrera fue muy dura. Un punto que ya nos ha marcado y que nos ha hecho aprender muchísimo más sobre nosotros. Pero una travesía muy feliz. Demasiado feliz.

Mientras, el mundo seguía girando. Nuestro planeta de viajes interestelares seguía girando al ritmo de los kilómetros venideros. En medio del asfalto nos acercábamos al lateral de la calle para pasar por debajo de la ducha. Mientras el agua caía abríamos los brazos en cruz y levantábamos la mirada al cielo. Quizás creíamos ver nieve en el desierto.

9 comentarios:

Jan dijo...

Una crónica preciosa, como todas las que escribís. Lo vuestro ayer tuvo doble o triple mérito, con el día tan duro que hizo.

un fuerte abrazo, y muchas gracias por los ánimos. Ya estoy preparando nuevas aventuras ;)

Nombre dijo...

Es cierto, Miguel, ayer no fue un día para disfrutar de la carrera (en otra ocasión, quizá).

Mi admiración es para todos los que se enfrentaron ayer al desierto de Madrid.

Halfon dijo...

Poética descripción de una durísima prueba.

Felicidades por esa llegada a la Meta soñada.

Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Enhorabuena otra vez! Qué subidón. Menudo equipo tenéis... de calidad humana, técnica y muy bien engradado.

Seguid así y felicidades a los 4

Anónimo dijo...

Mi enhorabuena otra vez a los 4 integrantes de esa civilización de Tierras de Ítaca. Menudo equipo de verda humano, profesional y luchador...

Seguid así contagiando todos vuestros sueños.

Felicidades a los 4 y no lo olvidéis nunca. Si queréis, podéis!

Saludos desde la otra orilla

Risco dijo...

Sois grandes chicos.
Enhorabuena!!!

Carlos dijo...

La mayor de mis admiraciones para los dos. Esa marca en vuestro segundo maratón, en un recorrido como el madrileño, desconocido para vosotros por más que hayais corrido antes por sus calles, lleno de trampas en forma de cuestas y solaneras, y con ese HORRIBLE CALOR que ayer hizo tiene MUCHO, MUCHISIMO mérito. El hacerlo juntos, apóyandoos mutuamente supone un plus de sacrificio, (o quizá todo lo contrario), a la gesta.

Mi más sincera enhorabuena. Sois grandes. ;-)

Sosaku Runner dijo...

Un día muy duro, felicidades. Si todo saliera siempre según lo planeado, la épica no existiría. Gracias por estar ahí generando siempre comentarios positivos y buen clima.

Miguel dijo...

JAN, muchísimas gracias. Mucho ánimo. El camino ya lo tienes hecho, y haber disfrutado de él es lo realmente importante. Además, tienes unos retos apasionantes por delante.

COMMEDIA, edsde luego ayer tocó un día de los duros. Tocaba sufrir. ¿a ti que tal te fue? Estoy pendiente esperando noticias...

Gracias ALFONSO, ya sabes lo duro que fue el día. Enhorabuena a ti. Lo de ayer tuvo mucho mérito.

MIGUEL, gracias. Sin duda lo que más valoro es el equipo. Sin ellos nada sería posible. Nada tendría el mismo sabor ni valor. Son muy grandes. Gracias por tantos ánimos y apoyos.

Gracias RISCO! tu si que eres grande! te admiramos muchísimo por todo lo que supistes sufrir. Eres un maratoniano de los pies a la cabeza y todo un campeón. Ahora se que te vi pasar según estábamos luego animando a la gente. pensé que no eras tu por el tiempo, y por eso no te gritamos (aunque aplaudir, estábamos aplaudiendo a todos a rabiar). Sientp que no te reconociéramos...

Gracias CARLOS. Solo puedo tener palabras de admiración. Pero de admiración hacia a ti. El domingo demostrastes muchísimas tablas y retirarte demuestra todo el valor que tienes. Sabes muy bien lo que quieres, y lo que tienes que hacer para conseguirlo. El domingo no era tu batalla. Pero ese entrenamiento tus piernas lo recordarán y te volverán a llevar hasta que sientas la lluvia seca de nuevo. Eres muy grande. Respecto a nosotros, lo de correr (o vivir en equipo) sólo tiene ventajas. Sobre todo porque llevamos tanto tiempo juntos que más que compañeros somos siameses. No se cual ha sido el proceso, pero sentimos igual, estamos siempre en el mismo punto, nos compenetramos a la perfección (si uno baja el otro apoya hasta que la situación se torna y viceversa)y sobre todo no necesitamos decirnos las cosas para saber lo que el otro piensa o siente. Tenemos muchísima suerte, y lo sabemos. Un abrazo muy grande!

GONZALO, mil gracias a ti. Eres mucho más que nuestro sociólogo de cabecera. Apuntaté lo de la épica, porque lo de las dos maratones seguidas y en la forma que las has hecho es grande, muy grande. Un abrazo.

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